
Muchas veces hemos escuchado personas que desde niños han sido “especiales” para la comida, que por alguna razón no aceptan ingerir cualquier tipo de alimento o son muy poco variados comiendo prácticamente lo mismo a diario. Muchos refieren que “así son” o “así crecieron” siendo algo normal en su vida y convirtiéndose en una característica de su personalidad, pero ¿qué sucede cuando vemos que esto si llega a limitar su vida?...
Por ejemplo ¿qué sucede con aquellos adolescentes que no logran adaptarse a lo que comen sus compañeros por lo que prefieren no compartir este tiempo con ellos?.. O cuando los niños o jóvenes dejan de crecer porque lo que comen no es suficiente para lo que necesita su cuerpo sintiéndose diferentes a otros porque son los más pequeños a comparación de sus compañeros.
En muchos de estos casos las personas de alrededor, por ejemplo sus padres, suelen pensar en que posiblemente sus hijos son “consentidos” o los cuestionan en torno a si dejan de comer porque les preocupe engordar. Sin embargo ellos niegan restringir alimento por esto y suelen manifestar otras razones como que les provoca dolor el comer o que les da asco ciertas texturas, etc.
El que una persona llegue a evitar alimentos ya sea por su textura y olor desde una etapa temprana, antes del año de edad; por que crean que les va a pasar algo en su cuerpo como dolor o atragantamiento o porque no tienen interés en comer puede ser síntoma de un Trastorno de Ingesta conocido como Trastorno Evitativo-Restrictivo (ARFID siglas en inglés)
A diferencia de los Trastornos de conducta alimentaria como la Anorexia o Bulimia Nerviosa, estos no presentan un miedo a subir de peso o insatisfacción corporal dado que la alteración en su ingesta no está asociada a la preocupación por su silueta. El ARFID suele presentarse con mayor frecuencia en niños sin embargo también puede estar presente durante la vida adulta. La característica principal que tiene es que la persona evita ciertos alimentos asociados a falta de interés, selectividad y temor a lo que esto provoque en su cuerpo lo que trae como consecuencia una detención en el crecimiento y falta de aumento o disminución de peso corporal .
En ocasiones esto suele no identificarse con facilidad dado que se considera que simplemente el niño es difícil para comer y logra mantenerse a través del tiempo con ciertos alimentos, sin embargo cuando inicia la adolescencia suele ser más evidente por que no crecen de acuerdo a como se esperaría. También pueden presentar falta de energía, irritabilidad y problemas con su familia debido a dicha dificultad.
El presentar un Trastorno de Ingesta implica que la vida cotidiana de la persona se ve afectada en diferentes áreas como en la social, física , familiar y emocional. Pueden evitar tener experiencias placenteras por el temor a ingerir alimentos o el considerar que la consecuencia pueda limitar su desenvolvimiento general. Por ejemplo los chicos pueden evitar experiencias divertidas y oportunidades por temor a que tengan que comer enfrente de otros o a verse obligados a ingerir alimentos y tener consecuencias físicas debido a esto. El desarrollo de estos trastornos es de carácter multifactorial, en algunos casos puede estar asociado a una experiencia traumática más no en todos los casos se identifica esto con facilidad.
Es importante que si sospecha que exista este tipo de Trastorno se busque ayuda de profesionales de la salud dedicados al tema de Ingesta y conducta alimentaria con el fin de dar un adecuado diagnóstico y tratamiento interdisciplinario a seguir .
Psict Ana Regina Pérez Bustinzar
Anapb74@yahoo.com
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